miércoles, 28 de abril de 2010

Historia 5

Dejó a un lado la tecnología, y como no lo hacía desde hace mucho tiempo tomó una hoja en blanco y un lápiz para escribirle.
“La vida es un experimento donde ninguna variable está controlada.
La vida es un juego que a veces tiene dos canchas, y dura más de 90 minutos. Y no tiene reglas. O quizás esa su única regla: la carencia de todas.
Ayer te dije lo que allá encontraba. Te expliqué porque mi cuerpo tiene dos vidas. Una allá, y otra acá. Cada cierto tiempo cruzo esa frontera. Paso de aquí a allá. Esa línea imaginaria separa los dos lugares donde vivo. Cada uno incompleto; débil, necesitado.
Esquizofrenia puede ser una palabra para describirlo.
Lo que no te dije, era lo que de allá requería.
No lo hice, porque estabas demasiado cerca. No lo hice porque eres una necesidad. No lo hice porque sospecho que no deseas ser simplemente la necesidad de alguien más. No debe estar en tu ecuación de felicidad.
Sin tan solo me dijeras como se resuelve el problema. ¿Será malo pedir que me ayudes?
Para serte honesto, hoy te escribo sin saber porqué.
Me temo que hoy, desde este lado, no tengo que proponerte.
Te escribo y me quedo sin palabras sensatas, y no sé qué hacer para que aparezcan.
Estoy a punto de firmar, y aun no sé si te dije lo que necesitaba que supieras”.

2 comentarios:

  1. ¡¡¡Hola Alejandro!!!
    Hasta ahora pude entrar en tu blog. Me encanta esta historia. Sin decir mucho, lo dice todo. Excelente. Considerame de ahora en adelante una fiel lectora. Un abrazo. Naimi.

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